Si hablamos de viajar a Málaga todos pensamos en playa, su feria, unos espetos de sardinas… sin embargo, cerca de la capital también podemos encontrar entornos rurales que no por ser menos conocidos que su costa son menos interesantes.
Supongamos que nos alojamos en la capital, en el edificio que los Hoteles Barceló tienen en la ciudad malagueña, considerado como uno de los hoteles de negocios más divertidos del planeta (contamos con un tobogán para bajar del primer piso a la zona lounge, para que os hagáis una idea del estilo desenfadado del hotel).
Pues bien, partiendo de la capital podemos, por ejemplo, plantarnos en el Parque Natural Montes de Málaga. Desde aquí podemos encontrar buenas vistas de la capital de la Costa del Sol, como de otras sierras colindantes.
También cerca de Málaga encontramos la desembocadura del Guadalhorce, unas antiguas marismas, declaradas espacio natural protegido, y en la que podemos ver desde flamencos a cigüeñas negras, y otra gran cantidad de aves.
El ya rehabilitado Caminito del Rey es otro punto que no debe perderse el turista rural que viaje a Málaga. Cerca de Antequera, esta pasarela de 3 km dentro de un desfiladero ha dejado atrás su leyenda negra, pero no sus espectaculares vistas. Ojo, porque hay que pedir permiso para realizar su recorrido con mucha antelación.
Además de realizar una escapada a la hermosa localidad de Ronda, Málaga nos permite visitar sus alrededores, el Parque Natural de la Sierra de Grazalema. Y dentro del mismo, entre otros muchos atractivos, debemos destacar la Cueva del Gato, un sistema espeológico de más de 9 km, con simas, lagos, sifones… que, eso sí, es conveniente visitar con guías especializados, y más en las peligrosas épocas de lluvia.
Son sólo algunos ejemplos, los más cercanos a la capital o más importantes de la provincia. Pero Málaga nos ofrece múltiples opciones. Añadid vuestras recomendaciones en los comentarios.
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